Introducción
El juglar era un artista de la Edad Media que se ganaba la vida entreteniendo con sus relatos a los oyentes. Su principal preocupación era mantener la atención de su público, sin fijarse mucho en la belleza de su discurso.
Como debía adaptarse a cada público, repetía con ciertas variaciones poético- musicales el relato de las hazañas de los héroes que exaltaba. Los oyentes, a su vez, memorizaban parte de estos relatos y se convertían en narradores de los mismos frente a nuevos auditores, adornando algunas partes y eliminando otras. De esta forma el relato cambiaba y se adaptaba de región en región a lo largo de generaciones.
Esta constante modificación era posible porque se trataba de relatos orales y, hasta que fueron puestos por escrito, formaron parte de una permanente actividad de recreación colectiva que enriqueció y olvidó parte de los cantares de gesta.
El romance puede definirse como “fragmentos de los cantares de gesta que el público memorizó, modificó y repitió, según su propio interés e imaginación”.
El romance: fragmentarismo e independencia
Al independizarse del cantar de gesta los romances adquirieron vida autónoma, aunque sin dejar de ser fragmentos de ellos.
El carácter fragmentario de los romances responde al afán del juglar de hacer más dinámica su relación. Por eso suprime lo que no resulta importante o resume episodios concentrando lo fundamental de la acción en algunos versos sacados del cantar original.
El carácter independiente de los romances se advierte al efectuar la comparación entre el romance y la composición narrativa que le dio origen. Se comprueba así que no solo el hecho narrado sino hasta los mismos personajes tienen características diferentes a las originales.
Por otra parte, las sucesivas elaboraciones y reelaboraciones, que efectúan los anónimos recitadores a lo largo del tiempo, explican las variantes con que llegan los romances a la época del Renacimiento, cuando son fijados definitivamente por la imprenta en el siglo XVI.
El romance: origen del término y estructura.
El término romance proviene del adverbio latino románice, que significa a la manera de los romanos. Posteriormente este vocablo fue usado para referirse a las lenguas populares derivadas del latín vulgar: el romance castellano, por ejemplo.
A partir del siglo XV se aplicó a la literatura y comenzó a designar a la poesía popular que interpretaba los ideales de todo un pueblo y cuya estructura formal mantenía las características del verso popular de los cantares de gesta.
Estructura métrica del romance: una estrofa de número indefinido de versos octosílabos, en la que los versos pares riman en asonancia, quedando libres los impares.
Su estructura tiene como rasgos esenciales una tendencia al fragmentarismo, el recurso de la dramatización con diálogos directos, el uso de descripciones breves y concisas y la técnica del paralelismo.
Ejemplo:
“- Ayer era rey de España,
Hoy no lo soy de una villa;
Ayer villas y castillos,
Hoy ninguno poseía;
Ayer tenía criados,
Hoy ninguno me servía;
Hoy no tengo una alamena
Que pueda decir que es mía.”
Clasificación de los romances
1. Romances históricos o viejos: compuestos entre los últimos decenios del siglo XVI hasta la primera mitad del siglo XVI.
2. Romances artísticos o nuevos: Compuestos entre la segunda mitad del siglo XVI hasta nuestros días.
1. Romances históricos o viejos:
Los romances más antiguos provienen de los cantares de gesta, pero no solo españoles.
A partir de la segunda mitad del siglo XIV los cantares de gesta fueron desapareciendo, pero algunos fragmentos se mantuvieron aislados del poema total. Estos romances relatan acontecimientos importantes relacionados con la historia y la leyenda y describen costumbres, lugares y formas de la vida de la Edad Media.
a. Romances históricos derivados de los cantares de gesta españoles: giran en torno a los héroes del pasado: don Rodrigo, el último rey visigodo; Bernardo el Carpio, héroe imaginario y sobrino de Alfonso II; Fernán González, conde de Castilla; los siete infantes de Lara y Rodrigo Díaz de Vivar.
Romance del rey don Rodrigo y la pérdida de España: Este grupo de romances relata la historia del último rey visigodo, Rodrigo, y la Cava Florinda, hija del conde Julián. Rodrigo enamora y luego abandona a Florinda. El conde Julián, padre de Florinda y gobernador de Ceuta, se venga pidiendo ayuda a los moros. Don Rodrigo es derrotado, huye y llega cerca de Viseo, donde un ermitaño le impone una penitencia: ser enterrado vivo en compañía de una serpiente que le devorará el corazón:
“Ya me come, ya me come,
Por do más pecado había,
En derecho al corazón,
Fuente de mi gran desdicha”.
Romance de Bernardo del Carpio: Narran las hazañas de un héroe imaginario, sobrino de Alfonso II y quien supuestamente vivió en el siglo VIII. El héroe nace del matrimonio secreto de doña Jimena y el conde Sancho Díaz, pero Alfonso II está en contra de esta unión, así que encierra a doña Jimena en un convento y a Sancho en una mazmorra.
Romance del conde Fernán González: este grupo de romances gira en torno a Fernán González, primer conde independiente de Castilla y cómo logra la independencia de ese reino español.
Romance de los siete infantes de Lara: Gonzalo Gustios y su mujer doña Sancha son invitados con sus siete hijos (los infantes de Lara) al matrimonio de doña Lambra y Ruy Velázquez. Accidentalmente uno de los infantes mata a un primo de doña Lambra y así comienza la tragedia. Por medio de mentiras y traición doña Lambra y Ruy Velázquez logran que los moros maten a los siete infantes de Lara y apresen a Gonzalo Gustios.
Durante su cautiverio el padre de los infantes tiene un hijo con una mora al que bautizan Mudarra González. Él se encarga de vengar a sus hermanos: con una espada prácticamente secciona en dos a Velázquez y manda quemar viva a doña Lambra.
Romancero del Cid: este conjunto se subdivide en tres secciones que coinciden con cada uno de los soberanos a los que sirve el Cid: Fernando I, Sancho II y Alfonso VI. A través de ellos conocemos más de la vida del Cid, su arrogancia de juventud, cómo mató al padre de Jimena y sobre la “Jura de Santa Gadea” en la que se obliga a Alfonso a jurar que no tuvo ninguna participación en la muerte de su hermano Sancho II.
Romances históricos derivados de la guerra entre cristianos y moros en Granada, llamados también romances fronterizos: En ellos se cuentan acciones realizadas por personas conocidas o desconocidas en la lucha de España por liberarse de los moros. Era la forma en que se transmitía a través de los reinos españoles lo que ocurría en la zona fronteriza.
Romances históricos derivados de obras extranjeras: Su existencia se debe a los peregrinos que iban en romería al sepulcro de Santiago. De esta forma se incorporan a la tradición de romances españoles historias de origen francés y bretón (inglés).
Los de origen francés giran en torno a Carlomagno y los Doce Pares de Francia; por otra parte, los bretones hablan del rey Arturo y los Caballeros de la Mesa Redonda.
2. Romances artísticos o nuevos
Este tipo de composiciones mantiene la métrica de los romances tradicionales, pero se alejan de la inspiración histórica que mantienen los viejos. Los romances nuevos son creados por la imaginación de un artista, son poemas independientes que carecen de ambientación históricas o geográfica determinada, por lo que son más universales.
Son llamados artísticos porque el lenguaje de estos romances es más rico, elaborado y personal. Entre este tipo de romances se distinguen cuatro clases, de acuerdo a las temáticas que abordan: romances novelescos, romances líricos, romances populares chilenos e hispanoamericanos y romances propiamente artísticos.
Romances novelescos: en éstos la fantasía del poeta desplaza la tradición histórica, los personajes y hechos se alejan completamente de la fuente original. El poeta prefiere usar la dramatización al relato para aumentar el dinamismo en la presentación de los hechos. Ejemplos de este grupo son: Amor más poderoso que la Muerte, La fe del ciego y Don Juan.
Romances líricos: son breves y misteriosos e impactan por su lirismo y lenguaje altamente poéticos. Conservan del romance la técnica del fragmentarismo en el final, rápido y sugerente. Ejemplos de este tipo son El prisionero y La constancia.
Romances populares chilenos e hispanoamericanos: El romancero se expandió durante La Conquista por Chile y toda Latinoamérica. Los romances españoles fueron reescritos de acuerdo al temperamento, gusto y costumbres característicos de los pueblos hispanoamericanos. De esta forma encontramos versiones chilenas de Bernardo el Carpio, La fe del ciego y La calavera.
En Chile estos romances fueron adaptados por recitadores, se les llamó corridos y fueron acompañados por una música alegre y bulliciosa.
El romances El galán y la calavera poetiza desde una perspectiva popular el tema de Don Juan Tenorio:
“A misa es que iba un galán
Por la calle de la iglesia:
Es que no iba por oír misa
Ni pa estar atento a ella,
Es que iba por ver a las damas…”
Existen también romances de origen indígena, como El huaso Perquenco y Cuando salí de mi tierra.
Romances propiamente artísticos: Son poemas creados por poetas cultos desde alrededor de 1550 hasta nuestros días. En los siglos XVI y XVII fueron famosos los romances de Lope de Vega, Luis de Góngora y Francisco Quevedo.
En el siglo XX autores españoles y chilenos han utilizado el romance para expresarse. Entre ellos Antonio Machado, Juan Ramón Jiménez, Federico García Lorca, Oscar Castro y Gabriela Mistral.
Actividad
Haz un mapa conceptual de los romances. Recuerda que en él debes señalar: Características en la estructura poética, temas y forma en que estos son tratados por los romances y las clasificaciones que se hacen de ellos.
Selección de romances
Romances históricos
El caballero novel Mudarra mata a Ruy Velázquez, el enemigo hermano de doña Sancha (de Romances de los siete infantes de Lara)
A cazar va don Rodrigo, y aun don Rodrigo de Lara: con la grande siesta que hace arrimádose ha a una haya, maldiciendo a Mudarrillo, hijo de la renegada, que si a las manos le hubiese, que le sacaría el alma. El señor estando en esto, Mudarrillo que asomaba. -Dios te salve, caballero, debajo la verde haya. -Así haga a ti, escudero, buena sea tu llegada. -Dígasme tú, el caballero, | ¿cómo era la tu gracia? -A mí dicen don Rodrigo, y aun don Rodrigo de Lara, cuñado de Gonzalo Gustos, hermano de doña Sancha; por sobrinos me los hube los siete infantes de Lara; espero aquí a Mudarrillo, hijo de la renegada; si delante lo tuviese, yo le sacaría el alma. -Si a ti te dicen don Rodrigo, y aun don Rodrigo de Lara, a mí Mudarra González, hijo de la renegada; | de Gonzalo Gustos hijo y amado de doña Sancha; por hermanos me los hube los siete infantes de Salas. Tú los vendiste, traidor, en el val de Arabiana, mas si Dios a mí me ayuda, aquí dejarás el alma. -Espéresme, don Gonzalo, iré a tomar las mis armas. -El espera que tú diste a los infantes de Lara, aquí morirás, traidor, enemigo de doña Sancha. |
Actividad
Reescribe este romance como una obra dramática de un solo acto. Recuerda la importancia del diálogo en este tipo de obra y sus elementos formales: escena, cuadro, nombre del personaje antes de comenzar el diálogo y el uso de las acotaciones.
Cómo el Cid vengó a su padre (del romancero del Cid etapa de Fernando I)
Pensativo estaba el Cid Viéndose de pocos años Para vengar a su padre Matando al conde Lozano; Miraba al bando temido Del poderoso contrario Que tenía en las montañas Mil amigos asturianos; Miraba cómo en la corte De ese buen rey don Fernando Era su voto el primero, Y en la guerra el mejor su brazo; Rodo le parece poco Para vengar ese agravio, El primero que se ha hecho A la sangre de Laín Calvo; | No cura de su niñez, Que en el alma del hidalgo El valor para crecer No tiene en cuenta los años. Descolgó una espada vieja De Mudarra el castellano, Que estaba toda mohosa, Por la muerte de su amo. -“Haz cuenta valiente espada, Que es de Mudarra mi brazo, Y que con su brazo riñes Porque suyo es el agravio. Bien puede ser que te corras De verte así en la mi mano, Mas no te podrás correr De volver atrás un paso. | Tan fuerte como tu acero Me verás en campo armando; Tan bueno como el primero Segundo dueño has cobrado; Y cuando alguno te venza, Del torpe hecho enojado, Hasta la cruz en mi pecho Te esconderé muy airado. Vamos al campo, que es hora De dar al conde Lozano El castigo que merece Tan infame lengua y mano”-. Determinado va el Cid, Y va tan determinado Que en espacio de una hora Mató al conde y fue vengado. |
Actividades
1. Señala las características de estructura, temática y forma de presentar las acciones del romance que aparecen en este poema.
2. ¿A qué va el Cid?
3. ¿Quién debe morir?
4. ¿Por qué va a matarlo?
5. ¿A quién pertenecía la espada que toma el Cid?
6. ¿Qué le dice el Cid a la espada?
7. ¿Logró el Cid su cometido?
Romance de la Jura de Santa Gadea (del romancero del Cid etapa de Sancho II)
En este romance se narra el suceso que dio lugar al destierro del Cid por el rey Alfonso VI: Los castellanos hacen jurar al rey leonés Alfonso que no tomó parte en la muerte de su hermano Sancho de quien va a heredar Castilla.
En Santa Gadea de Burgos, do juran los hijosdalgo, le toman la jura a Alfonso por la muerte de su hermano. Se la tomaba el buen Cid, ese buen Cid castellano, sobre un cerrojo de hierro y una ballesta de palo y con unos evangelios y un crucifijo en la mano Las palabras son tan fuertes que al buen rey ponen espanto: - Villanos te maten, rey, villanos que no hidalgos, de las Asturias de Oviedo, que no sean castellanos; mátente con aguijadas, no con lanzas ni con dardos; con cuchillos cachicuernos, no con puñales dorados; abarcas traigan calzadas, que no zapatos con lazo; con camisones de estopa, no de holanda ni labrados; montados vengan en burras, que no en mulas ni caballos; traigan las riendas de cuerda, | no de cueros fogueados; mátente por las aradas, que no en villas ni en poblado, y sáquente el corazón por el siniestro costado si no dices la verdad de lo que te es preguntado: si tú fuiste o consentiste en la muerte de tu hermano. Las juras eran tan fuertes que el rey no las ha otorgado. Allí habló un caballero que del rey era privado:- Haced la jura, buen rey, no tengaís de eso cuidado, que nunca hubo rey traidor ni un papa excomulgado. Jura entonces el buen rey, que en tal nunca se había hallado; después, habla contra el Cid, malamente y enojado: - Muy mal me conjuras, Cid; Cid, muy mal me has conjurado; mas si hoy me tomas la jura, después besarás mi mano. | - Por besar mano de rey no me tengo por honrado; porque la besó mi padre me tengo por afrentado. - Vete de mis tierras, Cid, mal caballero probado, y no vengas más a ellas desde este día en un año. - Pláceme - dijo el buen Cid-, pláceme - dijo - de grado, por ser la primera cosa que mandas en tu reinado Tú me destierras por uno, yo me destierro por cuatro. Ya se partía el buen Cid sin al rey besar la mano, con trescientos caballeros, todos eran hijosdalgo; todos son hombres mancebos, ninguno no había cano; todos llevan lanza en puño y el hierro acicalado, y llevan sendas adargas con borlas de colorado. Mas no le faltó al buen Cid adonde asentar su campo. |
Comprensión de lectura
1. ¿En qué lugar se realiza esta jura?
2. ¿A quién toma juramento el Cid?
3. Sobre qué objetos se debe jurar?
4. ¿Por qué el rey se espanta antes de jurar?
5. ¿Qué castigos le desea el Cid al rey si éste no dice la verdad?
6. ¿Cuál es la pregunta concreta que el Cid hace al rey?
7. ¿Por qué razón el rey no se atreve a otorgar el juramento?
8. ¿Qué nuevo personaje interviene en este momento?
9. ¿Por qué motivo este personaje le aconseja al rey que jure?
10. ¿Qué hace el rey impulsado por las palabras de un caballero?
11. ¿Por qué el rey siente rabia y contra quién la manifiesta?
12. ¿Cuál es el primer mandato del rey una vez que ha jurado?
13. ¿Qué rasgos negativos le atribuye el rey al Cid?
14. ¿Qué reacción produce en el Cid el mandato del rey?
15. ¿De dónde se aleja el Cid?
16. ¿Qué precauciones toma el Cid antes de abandonar sus palacios?
17. ¿Qué es lo único que el Cid lleva consigo cuando parte?
18. ¿Cuántas personas acompañan al Cid en su destierro?
19. ¿Qué armamento portan los guerreros del Cid?
20. ¿Qué va haciendo el Cid durante el camino?
21. ¿Qué rasgos de la personalidad del Cid se destacan en el romance?
22. ¿Qué aspectos de la personalidad del rey sobresalen en el romance?
23. ¿Cuántas partes es posible distinguir en el poema? ¿Cuáles son?
Vocabulario
Busca las siguientes palabras en el diccionario, su definición y un sinónimo.
Hidalgos, recias, mulas, siniestro, otorgado, grado, acicalado, borlas, cerrojo, espantado, labrado, consentiste, traidor, alamudes, sendas, ribera, ballesta, villanos, vulgares, juras, secomulgado, mudados, adargas y vasallo.
La pérdida de la Alhama (Romance Fronterizo)
La ciudad de Alhama fue tomada por don Rodrigo Ponce de León el 28 de febrero de 1482: fue una conquista importante y de gran efecto psicológico sobre los moros.
Todavía pueden visitarse hoy, en Granada, la puerta de Elvira, la plaza de Bib-Rambla y el Zacatín, la antigua calle de los mercaderes.
Paseábase el rey moro por la ciudad de Granada, desde la puerta de Elvira hasta la de Villarrambla. ¡Ay de mi Alhama! Cartas le fueron venidas que Alhama estaba ganada; las cartas echó en el fuego y al mensajero matara. ¡Ay de mi Alhama! Descabalga de una mula y en un caballo cabalga; por el Zacatín arriba subido se había al Alambra. ¡Ay de mi Alhama! Como en el Alambra estuvo al mismo tiempo mandaba que se toquen sus trompetas, | sus añafiles de plata. ¡Ay de mi Alhama! Y que tambores de guerra aprisa toquen alarma, para que lo oigan sus moros, los de la Vega y Granada. ¡Ay de mi Alhama! Los moros, que el son oyeron, que al dios de la guerra llama, uno a uno y dos a dos, se ha juntado gran batalla. ¡Ay de mi Alhama! Allí habló un moro viejo, de esta manera hablara: -¿Para qué nos llamas, rey? ¿Para qué es esta llamada? ¡Ay de mi Alhama! -Habéis de saber, amigos, | una nueva desdichada, que cristianos de braveza ya nos han ganado Alhama. ¡Ay de mi Alhama! Allí habló un alfaquí de barba crecida y cana: -Bien se te emplea, buen rey; buen rey, bien se te empleara. ¡Ay de mi Alhama! Has matado Abencerrajes, que eran la flor de Granada, y cogido a renegados de Córdoba la nombrada. ¡Ay de mi Alhama! Por eso mereces, rey, una pena muy doblada: que te pierdas tú y el reino, y aquí se pierda Granada. ¡Ay de mi Alhama! |
Romances artísticos o nuevos
Romance del amor más poderoso que la muerte
Conde Niño por amores es niño y pasó a la mar; a dar agua a su caballo la mañana de San Juan. Mientras el caballo bebe él canta dulce cantar; todas las aves del cielo se paraban a escuchar, caminante que camina olvida su caminar, navegante que navega la nave vuelve hacia allá. La reina estaba labrando, su hija durmiendo está: -Levantáos, Albaniña, de vuestro dulce folgar, sentiréis cantar hermoso la sirenita del mar. -No es la sirenita, madre, la de tan bello cantar, | sino es el Conde Niño que por mí quiere finar. ¡Quién le pudiese valer en su tan triste penar! -Si por tus amores pena, ¡oh, malhaya su cantar! y porque nunca los goce yo le mandaré matar. -Si le manda matar, madre, juntos nos han de enterrar. Él murió a la medianoche, ella a los gallos cantar; a ella como hija de reyes la entierran en el altar, a él como hijo de condes unos pasos más atrás. De ella nació un rosal blanco, de él nació un espino albar; crece el uno, crece el otro los dos se van a juntar; las ramitas que se alcanzan | fuertes abrazos se dan, y las que no se alcanzaban no dejan de suspirar. La reina, llena de envidia, ambos los mandó cortar; el galán que los cortaba no cesaba de llorar. De ella nació una garza, de él un fuerte gavilán, juntos vuelan por el cielo, juntos vuelan par a par, y el gavilan decía a la garza: -Nunca más nos matarán. Los dos siguieron volando, los dos juntos par a par, y prometieron para siempre, que nunca se volverán a separar, y que esos abrazos, que nunca se dieron, siempre se volverán dar. |
Romance del Prisionero
Que por mayo era, por mayo, cuando hace la calor, cuando los trigos encañan y están los campos en flor, cuando canta la calandria | y responde el ruiseñor, cuando los enamorados van a servir al amor; sino yo, triste, cuitado, que vivo en esta prisión; que ni sé cuándo es de día | ni cuándo las noches son, sino por una avecilla que me cantaba el albor. Matómela un ballestero; déle Dios mal galardón. |
El Galán y la Calavera
A misa es que iba un galán por la calle de la iglesia: es que no iba por oir misa ni pa estar atento a ella, es que iba por ver las damas [. . . . . . . . . . . . . . . . . . .] En el medio del camino se halló una calavera, la miró muy mirá y un puntapié le dio. Entonces, como riéndose, apretaba ella los dientes. --Calavera, yo te envito esta noche pa mi fiesta. --No hagai` burla, caballero. mi palabra te doy en prenda.- El galán, toitito acholao pa su casa se golvió; | toitito el santo día bien retriste es que anduvo. Aun no se comía un boca`o, cuando a la puerta picaron; manda un paje de los suyos que saliese a ver quién era. --` ícele, cria`o, a tu amo que si del dicho se acuerda. --` ícele que sí, mi cria`o.-- Le pusieron silla de oro, le puso muchas comí`as y de ninguna comió. --No vengo por verte a vos, ni por comer tu comí`a, vengo a que vengas conmigo a medianoche a la iglesia.— A las doce de la noche, cuando cantaban los gallos, | las echaron pa la iglesia. En la iglesia hallaron en el medio una sepultura abierta. --Entre, pué`, caballero, conmigo habí` de comer. --Yo aquí no m` hei de meter, Dios licencia no me ha da`o. --Si no fuera porque hay Dios y por el` capulario que llevái`, aquí habías de entrar vivo, quisierai` que no quisierai`. Anda, vete pa tu casa, y pa otra vez que hallí` otra, hácele una reverencia, rézale un Pairenuestro y échala pa la güesera.— |
Por una negra señora
Atribuido a Luis de Góngora
Por una negra señora un negro galán doliente negras lágrimas derrama de un negro pecho que tiene. Hablóla un negra noche, y tan negra que parece que de su negra pasión el negro luto le viene. Lleva una negra guitarra, negras las cuerdas que tiene, negras también las clavijas, | pues negro es el que las tuerce. -"Negras pascuas me dé Dios, si más megros no me tienen los negros amores tuyos que el negro color de allende. Un negro favor te pido, si negros favores vendes, y sí con negros favores un negro pagarse debe." La negra señora entonces, entafada del negrete, | con estas negras razones al galán negro entristece: -"Vaya muy en hora negra el negro que tal pretende, que para galanes negros se hicieron negros desdenes." El negro señor entonces, no queriendo ennegrecerse más de lo negro, quitóse el negro sombrero y fuese. |
Proverbios Y Cantares – XXIX
Antonio Machado
Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
Caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace el camino,
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino
sino estelas en la mar.
Comentario poético
Realiza un comentario poético de este poema. Para eso debes primero analizar la estructura del romance en su forma y luego en su fondo.
1. ¿De qué tipo de poema se trata?
2. ¿Qué características especiales tiene este tipo de obra lírica? (en forma, temas y manera de abordarlos)
3. ¿A quién se dirige el hablante lírico?
4. ¿Qué cosas forman el camino?
5. ¿Cómo se hace el camino?
6. ¿Puede deshacerse lo andado?
7. ¿Qué metáfora utiliza el hablante para comparar el camino en los últimos versos?
8. ¿A qué se refiere el hablante cuando habla de camino?
9. ¿Cuál es la actitud lírica del hablante? ¿Cuál fue la intención del autor al usar específicamente esta actitud y no otra?
Anota las respuestas a estas preguntas en tu cuaderno y luego crea un texto que señale críticamente tus conclusiones.
Tu comentario debe estar dividido en tres partes:
Una introducción en la que señales de manera general (menciones sin profundizar) los temas a los que te vas a referir.
Un desarrollo en el cual expliques en profundidad y orden los temas señalados en la introducción y tu opinión sobre los mismos.
Una conclusión en la que cierres el tema tratado.
Recuerda que tu texto debe contener un análisis de la forma y estructura del poema, un estudio que explique a qué se refiere al hablar de camino fundado en citas del mismo poema y una opinión crítica sobre el mismo.
Miedo
Gabriela Mistral
Yo no quiero que a mi niña golondrina me la vuelvan; se hunde volando en el Cielo y no baja hasta mi estera; en el alero hace el nido y mis manos no la peinan. Yo no quiero que a mi niña golondrina me la vuelvan. | Yo no quiero que a mi niña la vayan a hacer princesa. Con zapatitos de oro ¿cómo juega en las praderas? Y cuando llegue la noche a mi lado no se acuesta... Yo no quiero que a mi niña la vayan a hacer princesa. | Y menos quiero que un día me la vayan a hacer reina. La subirían al trono a donde mis pies no llegan. Cuando viniese la noche yo no podría mecerla... ¡Yo no quiero que a mi niña me la vayan a hacer reina! |
Comprensión de lectura de Miedo
1. ¿Qué deseo manifiesta el hablante en los dos primeros versos?
2. ¿Por qué razón el hablante no quiere que su niña sea convertida en golondrina?
3. ¿Se repite el deseo expresado el deseo expresado en los dos primeros versos?
4. ¿Qué nuevo deseo manifiesta el hablante?
5. ¿Por qué razón el hablante no anhela que su niña sea convertida en princesa?
6. ¿Qué le imposibilitarían hacer los zapatitos de oro a la niña?
7. ¿Insiste el hablante en este segundo deseo?
8. ¿Cuál es el tercer deseo expresado por el hablante?
9. ¿Qué cosas le serían vedadas al hablante si la niña fuese hecha reina?
10. ¿Cuál es la exclamación del hablante al final del poema?
11. ¿Qué explicación tiene el título del poema?
12. ¿Cuál es el sentimiento que predomina a lo largo del poema?
Vocabulario
Busca en el diccionario el significado y un sinónimo de las siguientes palabras del romance Miedo:
Golondrina, praderas, estera, trono, alero, mecerla.