Introducción
  El juglar era un artista de la Edad Media que se ganaba la vida entreteniendo con  sus relatos a los oyentes. Su principal preocupación era mantener la atención de su público, sin fijarse mucho en la belleza de su discurso.
  Como debía adaptarse a cada público, repetía con ciertas variaciones poético- musicales el relato de las hazañas de los héroes que exaltaba. Los oyentes, a su vez, memorizaban parte de estos relatos y se convertían en narradores de los mismos frente a nuevos auditores, adornando algunas partes y eliminando otras. De esta forma el relato cambiaba y se adaptaba de región en región a lo largo de generaciones.
  Esta constante modificación era posible porque se trataba de relatos orales y, hasta que fueron puestos por escrito, formaron parte de una permanente actividad de recreación colectiva que enriqueció y olvidó parte de los cantares de gesta.
  El romance puede definirse como “fragmentos de los cantares de gesta que el público memorizó, modificó y repitió, según su propio interés e imaginación”.
  El romance: fragmentarismo e independencia
  Al independizarse del cantar de gesta los romances adquirieron vida autónoma, aunque sin dejar de ser fragmentos de ellos.
  El carácter fragmentario de los romances responde al afán del juglar de hacer más dinámica su relación. Por eso suprime lo que no resulta importante o resume episodios concentrando lo fundamental de la acción en algunos versos sacados del cantar original.
  El carácter independiente de los romances se advierte al efectuar la comparación entre el romance y la composición narrativa que le dio origen. Se comprueba así que no solo el hecho narrado sino hasta los mismos personajes tienen características diferentes a las originales.
  Por otra parte, las sucesivas elaboraciones y reelaboraciones, que efectúan los anónimos recitadores a lo largo del tiempo, explican las variantes con que llegan los romances a la época del Renacimiento, cuando son fijados definitivamente por la imprenta en el siglo XVI.
   
  El romance: origen del término y estructura.
  El término romance proviene del adverbio latino románice, que significa a la manera de los romanos. Posteriormente este vocablo fue usado para referirse a las lenguas populares derivadas del latín vulgar: el romance castellano, por ejemplo.
   A partir del siglo XV se aplicó a la literatura y comenzó a designar a la poesía popular que interpretaba los ideales de todo un pueblo y cuya estructura formal mantenía las características del verso popular de los cantares de gesta.
  Estructura métrica del romance: una estrofa de número indefinido de versos octosílabos, en la que los versos pares riman en asonancia, quedando libres los impares.
  Su estructura tiene como rasgos esenciales una tendencia al fragmentarismo, el recurso de la dramatización con diálogos directos, el uso de descripciones breves y concisas y la técnica del paralelismo.
  Ejemplo:
  “- Ayer era rey de España,
  Hoy no lo soy de una villa;
  Ayer villas y castillos,
  Hoy ninguno poseía;
  Ayer tenía criados,
  Hoy ninguno me servía;
  Hoy no tengo una alamena
  Que pueda decir que es mía.”
   
   
   
   
   
  Clasificación de los romances
  1. Romances históricos o viejos: compuestos entre los últimos decenios del siglo XVI hasta la primera mitad del siglo XVI.
  2. Romances artísticos o nuevos: Compuestos entre la segunda mitad del siglo XVI hasta nuestros días.
   
  1. Romances históricos o viejos:
  Los romances más antiguos provienen de los cantares de gesta, pero no solo españoles.
  A partir de la segunda mitad del siglo XIV los cantares de gesta fueron desapareciendo, pero algunos fragmentos se mantuvieron aislados del poema total. Estos romances relatan acontecimientos importantes relacionados con la historia y la leyenda y describen costumbres, lugares y formas de la vida de la Edad Media.
  a. Romances históricos derivados de los cantares de gesta españoles: giran en torno a los héroes del pasado: don Rodrigo, el último rey visigodo; Bernardo el Carpio, héroe imaginario y sobrino de Alfonso II; Fernán González, conde de Castilla; los siete infantes de Lara y Rodrigo Díaz de Vivar.
  Romance del rey don Rodrigo y la pérdida de España: Este grupo de romances relata la historia del último rey visigodo, Rodrigo, y la Cava Florinda, hija del conde Julián. Rodrigo enamora y luego abandona a Florinda. El conde Julián, padre de Florinda y gobernador de Ceuta, se venga pidiendo ayuda a los moros. Don Rodrigo es derrotado, huye y llega cerca de Viseo, donde un ermitaño le impone una penitencia: ser enterrado vivo en compañía de una serpiente que le devorará el corazón:
  “Ya me come, ya me come,
  Por do más pecado había,
  En derecho al corazón,
  Fuente de mi gran desdicha”.
   
  Romance de Bernardo del Carpio: Narran las hazañas de un héroe imaginario, sobrino de Alfonso II y quien supuestamente vivió en el siglo VIII. El héroe nace del matrimonio secreto de doña Jimena y el conde Sancho Díaz, pero Alfonso II está en contra de esta unión, así que encierra a doña Jimena en un convento y a Sancho en una mazmorra. 
  Romance del conde Fernán González: este grupo de romances gira en torno a Fernán González, primer conde independiente de Castilla y cómo logra la independencia de ese reino español.
  Romance de los siete infantes de Lara: Gonzalo Gustios y su mujer doña Sancha son invitados con sus siete hijos (los infantes de Lara) al matrimonio de doña Lambra y Ruy Velázquez. Accidentalmente uno de los infantes mata a un primo de doña Lambra y así comienza la tragedia. Por medio de mentiras y traición doña Lambra y Ruy Velázquez logran que los moros maten a los siete infantes de Lara y apresen a Gonzalo Gustios.
   Durante su cautiverio el padre de los infantes tiene un hijo con una mora al que bautizan Mudarra González. Él se encarga de vengar a sus hermanos: con una espada prácticamente secciona en dos a Velázquez y manda quemar viva a doña Lambra.
  Romancero del Cid: este conjunto se subdivide en tres secciones que coinciden con cada uno de los soberanos a los que sirve el Cid: Fernando I, Sancho II y Alfonso VI. A través de ellos conocemos más de la vida del Cid, su arrogancia de juventud, cómo mató al padre de Jimena y sobre la “Jura de Santa Gadea” en la que se obliga a Alfonso a jurar que no tuvo ninguna participación en la muerte de su hermano Sancho II.
  Romances históricos derivados de la guerra entre cristianos y moros en Granada, llamados también romances fronterizos: En ellos se cuentan acciones realizadas por personas conocidas o desconocidas en la lucha de España por liberarse de los moros. Era la forma en que se transmitía a través de los reinos españoles lo que ocurría en la zona fronteriza.
  Romances históricos derivados de obras extranjeras: Su existencia se debe a los peregrinos que iban en romería al sepulcro de Santiago. De esta forma se incorporan a la tradición de romances españoles historias de origen francés y bretón (inglés). 
  Los de origen francés giran en torno a Carlomagno y los Doce Pares de Francia; por otra parte, los bretones hablan del rey Arturo y los Caballeros de la Mesa Redonda.
   
  2. Romances artísticos o nuevos
  Este tipo de composiciones mantiene la métrica de los romances tradicionales, pero se alejan de la inspiración histórica que mantienen los viejos. Los romances nuevos son creados por la imaginación de un artista, son poemas independientes  que carecen de ambientación históricas o geográfica determinada, por lo que son más universales.
  Son llamados artísticos porque el lenguaje de estos romances es más rico, elaborado y personal. Entre este tipo de romances se distinguen cuatro clases, de acuerdo a las temáticas que abordan: romances novelescos, romances líricos, romances populares chilenos e hispanoamericanos y romances propiamente artísticos.
  Romances novelescos: en éstos la fantasía del poeta desplaza la tradición histórica, los personajes y hechos se alejan completamente de la fuente original. El poeta prefiere usar la dramatización al relato para aumentar el dinamismo en la presentación de los hechos. Ejemplos de este grupo son: Amor más poderoso que la Muerte, La fe del ciego y Don Juan.
  Romances líricos: son breves y misteriosos e impactan por su lirismo y lenguaje altamente poéticos. Conservan del romance la técnica del fragmentarismo en el final, rápido y sugerente.  Ejemplos de este tipo son El prisionero y La constancia.
  Romances populares chilenos e hispanoamericanos: El romancero se expandió durante La Conquista por Chile y toda Latinoamérica. Los romances españoles fueron reescritos de acuerdo al temperamento, gusto y costumbres característicos de los pueblos hispanoamericanos. De esta forma encontramos versiones chilenas de Bernardo el Carpio, La fe del ciego y La calavera. 
  En Chile estos romances fueron adaptados por recitadores, se les llamó corridos y fueron acompañados por una música alegre y bulliciosa.
  El romances El galán y la calavera poetiza desde una perspectiva popular el tema de Don Juan Tenorio:
  “A misa es que iba un galán
  Por la calle de la iglesia:
  Es que no iba por oír misa
  Ni pa estar atento a ella,
  Es que iba por ver a las damas…”
   
  Existen también romances de origen indígena, como El huaso Perquenco y Cuando salí de mi tierra.
  Romances propiamente artísticos: Son poemas creados por poetas cultos desde alrededor de 1550 hasta nuestros días. En los siglos XVI y XVII fueron famosos los romances de Lope de Vega, Luis de Góngora y Francisco Quevedo.
  En el siglo XX autores españoles y chilenos han utilizado el romance para expresarse. Entre ellos Antonio Machado, Juan Ramón Jiménez, Federico García Lorca, Oscar Castro y Gabriela Mistral.
   
  Actividad
  Haz un mapa conceptual de los romances. Recuerda que en él debes señalar: Características en la estructura poética, temas y forma en que estos son tratados por los romances y las clasificaciones que se hacen de ellos.
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
   
  Selección de romances
  Romances históricos
  El caballero novel Mudarra mata a Ruy Velázquez, el enemigo hermano de doña Sancha (de Romances de los siete infantes de Lara)
   
       |     A cazar va   don Rodrigo,      y aun don   Rodrigo de Lara:     con la   grande siesta que hace      arrimádose   ha a una haya,     maldiciendo   a Mudarrillo,      hijo de la   renegada,     que si a las   manos le hubiese,      que le   sacaría el alma.     El señor   estando en esto,      Mudarrillo   que asomaba.    -Dios te   salve, caballero,      debajo la   verde haya.     -Así haga a   ti, escudero,      buena sea tu   llegada.     -Dígasme tú,   el caballero,            |        ¿cómo era la   tu gracia?     -A mí dicen   don Rodrigo,      y aun don   Rodrigo de Lara,     cuñado de   Gonzalo Gustos,      hermano de   doña Sancha;     por sobrinos   me los hube      los siete   infantes de Lara;     espero aquí   a Mudarrillo,      hijo de la   renegada;     si delante   lo tuviese,      yo le   sacaría el alma.     -Si a ti te   dicen don Rodrigo,      y aun don   Rodrigo de Lara,     a mí Mudarra   González,      hijo de la   renegada;           |        de Gonzalo   Gustos hijo      y amado de   doña Sancha;     por hermanos   me los hube      los siete   infantes de Salas.     Tú los   vendiste, traidor,      en el val de   Arabiana,     mas si Dios   a mí me ayuda,      aquí dejarás   el alma.     -Espéresme,   don Gonzalo,      iré a tomar   las mis armas.     -El espera   que tú diste      a los   infantes de Lara,     aquí   morirás, traidor,      enemigo de   doña Sancha.          |   
 
   
   
  Actividad
  Reescribe este romance como una obra dramática de un solo acto. Recuerda la importancia del diálogo en este tipo de obra y sus elementos formales: escena, cuadro, nombre del personaje antes de comenzar el diálogo y el uso de las acotaciones.
   
   
   
   
  Cómo el Cid vengó a su padre (del romancero del Cid etapa de Fernando I)
   
       |     Pensativo   estaba el Cid    Viéndose de   pocos años    Para vengar   a su padre    Matando al   conde Lozano;    Miraba al   bando temido    Del poderoso   contrario    Que tenía en   las montañas    Mil amigos   asturianos;    Miraba cómo   en la corte    De ese buen   rey don Fernando    Era su voto   el primero,    Y en la   guerra el mejor su brazo;    Rodo le   parece poco    Para vengar   ese agravio,    El primero   que se ha hecho    A la sangre   de Laín Calvo;          |        No cura de   su niñez,    Que en el   alma del hidalgo    El valor   para crecer    No tiene en   cuenta los años.    Descolgó una   espada vieja    De Mudarra   el castellano,    Que estaba   toda mohosa,    Por la   muerte de su amo.     -“Haz cuenta   valiente espada,    Que es de   Mudarra mi brazo,    Y que con su   brazo riñes    Porque suyo   es el agravio.    Bien puede   ser que te corras    De verte así   en la mi mano,    Mas no te   podrás correr    De volver   atrás un paso.     |        Tan fuerte   como tu acero    Me verás en   campo armando;    Tan bueno   como el primero    Segundo   dueño has cobrado;    Y cuando   alguno te venza,    Del torpe   hecho enojado,    Hasta la   cruz en mi pecho    Te esconderé   muy airado.    Vamos al   campo, que es hora    De dar al   conde Lozano    El castigo   que merece    Tan infame   lengua y mano”-.    Determinado   va el Cid,    Y va tan   determinado    Que en   espacio de una hora    Mató al   conde y fue vengado.     |   
 
  Actividades
  1. Señala las características de estructura, temática y forma de presentar las acciones del romance que aparecen en este poema.
  2. ¿A qué va el Cid?
  3. ¿Quién debe morir?
  4. ¿Por qué va a matarlo?
  5. ¿A quién pertenecía la espada que toma el Cid?
  6. ¿Qué le dice el Cid a la espada?
  7. ¿Logró el Cid su cometido?
   
   
  Romance de la Jura de Santa Gadea (del romancero del Cid etapa de Sancho II)
  En este romance se narra el suceso que dio lugar al destierro del Cid por el rey Alfonso VI: Los castellanos hacen jurar al rey leonés Alfonso que no tomó parte en la muerte de su hermano Sancho de quien va a heredar Castilla.
       |     En Santa   Gadea de Burgos,     do juran los   hijosdalgo,     le toman la   jura a Alfonso     por la   muerte de su hermano.     Se la tomaba   el buen Cid,     ese buen Cid   castellano,     sobre un   cerrojo de hierro     y una   ballesta de palo     y con unos   evangelios     y un   crucifijo en la mano     Las palabras   son tan fuertes     que al buen   rey ponen espanto:     - Villanos   te maten, rey,     villanos que   no hidalgos,     de las   Asturias de Oviedo,     que no sean   castellanos;     mátente con   aguijadas,     no con   lanzas ni con dardos;     con   cuchillos cachicuernos,     no con   puñales dorados;    abarcas   traigan calzadas,     que no   zapatos con lazo;     con   camisones de estopa,     no de   holanda ni labrados;     montados   vengan en burras,     que no en   mulas ni caballos;    traigan las   riendas de cuerda,       |        no de cueros   fogueados;     mátente por   las aradas,     que no en   villas ni en poblado,     y sáquente   el corazón     por el   siniestro costado     si no dices   la verdad     de lo que te   es preguntado:     si tú fuiste   o consentiste     en la muerte   de tu hermano.     Las juras   eran tan fuertes     que el rey   no las ha otorgado.    Allí habló   un caballero     que del rey era privado:- Haced la jura, buen   rey,    no tengaís   de eso cuidado,     que nunca   hubo rey traidor     ni un papa   excomulgado.    Jura   entonces el buen rey,     que en tal   nunca se había hallado;     después,   habla contra el Cid,     malamente y   enojado:     - Muy mal me   conjuras, Cid;     Cid, muy mal   me has conjurado;     mas si hoy   me tomas la jura,     después   besarás mi mano.      |        - Por besar   mano de rey     no me tengo   por honrado;     porque la   besó mi padre     me tengo por   afrentado.     - Vete de   mis tierras, Cid,     mal   caballero probado,       y no vengas   más a ellas     desde este   día en un año.     - Pláceme -   dijo el buen Cid-,     pláceme -   dijo - de grado,     por ser la   primera cosa     que mandas   en tu reinado     Tú me   destierras por uno,     yo me   destierro por cuatro.     Ya se partía   el buen Cid     sin al rey   besar la mano,     con   trescientos caballeros,     todos eran   hijosdalgo;     todos son   hombres mancebos,     ninguno no   había cano;     todos llevan   lanza en puño     y el hierro   acicalado,     y llevan   sendas adargas     con borlas   de colorado.     Mas no le   faltó al buen Cid     adonde   asentar su campo.     |   
 
   
   
  Comprensión de lectura
   
  1. ¿En qué lugar se realiza esta jura?
  2. ¿A quién toma juramento el Cid?
  3. Sobre qué objetos se debe jurar?
  4. ¿Por qué el rey se espanta antes de jurar?
  5. ¿Qué castigos le desea el Cid al rey si éste no dice la verdad?
  6. ¿Cuál es la pregunta concreta que el Cid hace al rey?
  7. ¿Por qué razón el rey no se atreve a otorgar el juramento?
  8. ¿Qué nuevo personaje interviene en este momento?
  9. ¿Por qué motivo este personaje le aconseja al rey que jure?
  10. ¿Qué hace el rey impulsado por las palabras de un caballero?
  11. ¿Por qué el rey siente rabia y contra quién la manifiesta?
  12. ¿Cuál es el primer mandato del rey una vez que ha jurado?
  13. ¿Qué rasgos negativos le atribuye el rey al Cid?
  14. ¿Qué reacción produce en el Cid el mandato del rey?
  15. ¿De dónde se aleja el Cid?
  16. ¿Qué precauciones toma el Cid antes de abandonar sus palacios?
  17. ¿Qué es lo único que el Cid lleva consigo cuando parte?
  18. ¿Cuántas personas acompañan al Cid en su destierro?
  19. ¿Qué armamento portan los guerreros del Cid?
  20. ¿Qué va haciendo el Cid durante el camino?
  21. ¿Qué rasgos de la personalidad del Cid se destacan en el romance?
  22. ¿Qué aspectos de la personalidad del rey sobresalen en el romance?
  23. ¿Cuántas partes es posible distinguir en el poema? ¿Cuáles son?
  Vocabulario
  Busca las siguientes palabras en el diccionario, su definición y un sinónimo.
  Hidalgos, recias, mulas, siniestro, otorgado, grado, acicalado, borlas, cerrojo, espantado, labrado, consentiste, traidor, alamudes, sendas, ribera, ballesta, villanos, vulgares, juras, secomulgado, mudados, adargas y vasallo.
   
  La pérdida de la Alhama (Romance Fronterizo)
  La ciudad de Alhama fue tomada por don Rodrigo Ponce de León el 28 de febrero de 1482: fue una conquista importante y de gran efecto psicológico sobre los moros. 
  Todavía pueden visitarse hoy, en Granada, la puerta de Elvira, la plaza de Bib-Rambla y el Zacatín, la antigua calle de los mercaderes.
   
       |     Paseábase el   rey moro     por la   ciudad de Granada,     desde la   puerta de Elvira     hasta la de   Villarrambla.     ¡Ay de mi   Alhama!     Cartas le   fueron venidas     que Alhama   estaba ganada;     las cartas   echó en el fuego     y al   mensajero matara.     ¡Ay de mi   Alhama!     Descabalga   de una mula     y en un   caballo cabalga;     por el   Zacatín arriba     subido se   había al Alambra.     ¡Ay de mi   Alhama!            Como en el   Alambra estuvo     al mismo   tiempo mandaba     que se   toquen sus trompetas,           |        sus añafiles   de plata.     ¡Ay de mi   Alhama!     Y que   tambores de guerra     aprisa   toquen alarma,     para que lo   oigan sus moros,     los de la   Vega y Granada.     ¡Ay de mi   Alhama!     Los moros,   que el son oyeron,     que al dios   de la guerra llama,    uno a uno y   dos a dos,     se ha   juntado gran batalla.    ¡Ay de mi   Alhama!     Allí habló   un moro viejo,     de esta   manera hablara:     -¿Para qué   nos llamas, rey?     ¿Para qué es   esta llamada?     ¡Ay de mi   Alhama!     -Habéis de   saber, amigos,           |        una nueva   desdichada,     que   cristianos de braveza     ya nos han   ganado Alhama.     ¡Ay de mi   Alhama!     Allí habló   un alfaquí     de barba   crecida y cana:     -Bien se te   emplea, buen rey;     buen rey,   bien se te empleara.     ¡Ay de mi   Alhama!     Has matado   Abencerrajes,     que eran la   flor de Granada,     y cogido a renegados       de Córdoba   la nombrada.     ¡Ay de mi   Alhama!     Por eso   mereces, rey,     una pena muy   doblada:     que te   pierdas tú y el reino,     y aquí se   pierda Granada.     ¡Ay de mi   Alhama!     |   
 
   
  Romances artísticos o nuevos
   
  Romance del amor más poderoso que la muerte
   
       |     Conde Niño por amores    es niño y pasó a la mar;    a dar agua a su caballo    la mañana de San Juan.    Mientras el caballo bebe    él canta dulce cantar;    todas las aves del cielo    se paraban a escuchar,    caminante que camina    olvida su caminar,    navegante que navega    la nave vuelve hacia allá.    La reina estaba labrando,    su hija durmiendo está:    -Levantáos, Albaniña,    de vuestro dulce folgar,    sentiréis cantar hermoso    la sirenita del mar.    -No es la sirenita, madre,    la de tan bello cantar,          |        sino es el Conde Niño    que por mí quiere finar.    ¡Quién le pudiese valer    en su tan triste penar!    -Si por tus amores pena,    ¡oh, malhaya su cantar!    y porque nunca los goce    yo le mandaré matar.    -Si le manda matar, madre,    juntos nos han de enterrar.    Él murió a la medianoche,    ella a los gallos cantar;    a ella como hija de reyes    la entierran en el altar,    a él como hijo de condes    unos pasos más atrás.    De ella nació un rosal   blanco,    de él nació un espino albar;    crece el uno, crece el otro    los dos se van a juntar;    las ramitas que se alcanzan     |        fuertes abrazos se dan,    y las que no se alcanzaban    no dejan de suspirar.    La reina, llena de envidia,    ambos los mandó cortar;    el galán que los cortaba    no cesaba de llorar.    De ella nació una garza,    de él un fuerte gavilán,    juntos vuelan por el cielo,    juntos vuelan par a par,    y el gavilan decía a la   garza:    -Nunca más nos matarán.    Los dos siguieron volando,    los dos juntos par a par,    y prometieron para siempre,    que nunca se volverán a   separar,    y que esos abrazos,    que nunca se dieron,    siempre se volverán dar.          |   
 
   
  Romance del Prisionero
       |     Que por mayo   era, por mayo,     cuando hace   la calor,     cuando los   trigos encañan     y están los   campos en flor,     cuando canta   la calandria     |        y responde   el ruiseñor,     cuando los   enamorados     van a servir   al amor;    sino yo,   triste, cuitado,     que vivo en   esta prisión;     que ni sé   cuándo es de día      |        ni cuándo   las noches son,     sino por una   avecilla     que me   cantaba el albor.     Matómela un   ballestero;     déle Dios   mal galardón.     |   
 
  El Galán y la Calavera
       |     A misa es   que iba un galán        por la calle   de la iglesia:     es que no iba   por oir misa        ni pa estar   atento a ella,     es que iba   por ver las damas        [. . . . . .   . . . . . . . . . . . . .]     En el medio   del camino        se halló una calavera,     la miró muy   mirá        y un   puntapié le dio.     Entonces,   como riéndose,        apretaba ella   los dientes.     --Calavera,   yo te envito        esta noche   pa mi fiesta.     --No hagai`   burla, caballero.       mi palabra   te doy en prenda.-    El galán,   toitito acholao        pa su casa   se golvió;           |        toitito el   santo día        bien   retriste es que anduvo.     Aun no se comía   un boca`o,        cuando a la   puerta picaron;     manda un   paje de los suyos        que saliese   a ver quién era.     --` ícele,   cria`o, a tu amo        que si del   dicho se acuerda.    --` ícele   que sí, mi cria`o.--        Le pusieron silla de oro,     le puso   muchas comí`as        y de ninguna   comió.     --No vengo   por verte a vos,        ni por comer   tu comí`a,     vengo a que   vengas conmigo        a medianoche   a la iglesia.—    A las doce   de la noche,        cuando   cantaban los gallos,     |        las echaron   pa la iglesia.       En la iglesia hallaron en el medio        una   sepultura abierta.     --Entre,   pué`, caballero,        conmigo habí` de comer.     --Yo aquí no   m` hei de meter,        Dios   licencia no me ha da`o.     --Si no   fuera porque hay Dios        y por el`   capulario que llevái`,       aquí habías de entrar vivo,        quisierai` que no quisierai`.     Anda, vete   pa tu casa,     y pa otra   vez que hallí` otra,        hácele una   reverencia,     rézale un   Pairenuestro        y échala pa la güesera.—     |   
 
   
  Por una negra señora
  Atribuido a Luis de Góngora
       |     Por una   negra señora    un negro   galán doliente    negras   lágrimas derrama    de un negro   pecho que tiene.    Hablóla un   negra noche,    y tan negra   que parece    que de su   negra pasión    el negro   luto le viene.    Lleva una   negra guitarra,    negras las   cuerdas que tiene,    negras   también las clavijas,     |        pues negro   es el que las tuerce.    -"Negras   pascuas me dé Dios,    si más   megros no me tienen    los negros   amores tuyos    que el negro   color de allende.    Un negro   favor te pido,    si negros   favores vendes,    y sí con   negros favores    un negro   pagarse debe."    La negra   señora entonces,    entafada del   negrete,     |        con estas   negras razones    al galán   negro entristece:    -"Vaya   muy en hora negra    el negro que   tal pretende,    que para   galanes negros    se hicieron   negros desdenes."    El negro   señor entonces,    no queriendo   ennegrecerse    más de lo   negro, quitóse    el negro   sombrero y fuese.          |   
 
  Proverbios Y Cantares – XXIX
  Antonio Machado
   
  Caminante, son tus huellas 
  el camino y nada más; 
  Caminante, no hay camino, 
  se hace camino al andar. 
  Al andar se hace el camino, 
  y al volver la vista atrás 
  se ve la senda que nunca 
  se ha de volver a pisar. 
  Caminante no hay camino 
  sino estelas en la mar.
   
  Comentario poético
  Realiza un comentario poético de este poema. Para eso debes primero analizar la estructura del romance en su forma y luego en su fondo.
  1. ¿De qué tipo de poema se trata? 
  2. ¿Qué características especiales tiene este tipo de obra lírica? (en forma, temas y manera de abordarlos)
  3. ¿A quién se dirige el hablante lírico?
  4. ¿Qué cosas forman el camino?
  5. ¿Cómo se hace el camino?
  6. ¿Puede deshacerse lo andado?
  7. ¿Qué metáfora utiliza el hablante para comparar el camino en los últimos versos?
  8. ¿A qué se refiere el hablante cuando habla de camino?
  9. ¿Cuál es la actitud lírica del hablante? ¿Cuál fue la intención del autor al usar específicamente esta actitud y no otra?
   
  Anota las respuestas a estas preguntas en tu cuaderno y luego crea un texto que señale críticamente tus conclusiones. 
  Tu comentario debe estar dividido en tres partes:
  Una introducción en la que señales de manera general (menciones sin profundizar) los temas a los que te vas a referir.
  Un desarrollo en el cual expliques en profundidad y orden los temas señalados en la introducción y tu opinión sobre los mismos.
  Una conclusión en la que cierres el tema tratado.
  Recuerda que tu texto debe contener un análisis de la forma y estructura del poema, un estudio que explique a qué se refiere al hablar de camino fundado en citas del mismo poema y una opinión crítica sobre el mismo. 
   
   
  
   Miedo
  Gabriela Mistral
   
       |     Yo no quiero   que a mi niña     golondrina   me la vuelvan;     se hunde   volando en el Cielo     y no baja   hasta mi estera;     en el alero   hace el nido     y mis manos   no la peinan.     Yo no quiero   que a mi niña     golondrina   me la vuelvan.      |        Yo no quiero   que a mi niña     la vayan a   hacer princesa.     Con   zapatitos de oro     ¿cómo juega en las praderas?    Y cuando   llegue la noche     a mi lado no   se acuesta...    Yo no quiero   que a mi niña     la vayan a   hacer princesa.      |        Y menos   quiero que un día     me la vayan   a hacer reina.     La subirían   al trono     a donde mis   pies no llegan.     Cuando   viniese la noche     yo no podría   mecerla...     ¡Yo no   quiero que a mi niña     me la vayan   a hacer reina!     |   
 
   
   
   Comprensión de lectura de Miedo
  1. ¿Qué deseo manifiesta el hablante en los dos primeros versos?
  2. ¿Por qué razón el hablante no quiere que su niña sea convertida en golondrina?
  3. ¿Se repite el deseo expresado el deseo expresado en los dos primeros versos?
  4. ¿Qué nuevo deseo manifiesta el hablante?
  5. ¿Por qué razón el hablante no anhela que su niña sea convertida en princesa?
  6. ¿Qué le imposibilitarían hacer los zapatitos de oro a la niña?
  7. ¿Insiste el hablante en este segundo deseo?
  8. ¿Cuál es el tercer deseo expresado por el hablante?
  9. ¿Qué cosas le serían vedadas al hablante si la niña fuese hecha reina?
  10. ¿Cuál es la exclamación del hablante al final del poema?
  11. ¿Qué explicación tiene el título del poema?
  12. ¿Cuál es el sentimiento que predomina a lo largo del poema?
   
  Vocabulario
  Busca en el diccionario el significado y un sinónimo de las siguientes palabras del romance Miedo:
  Golondrina, praderas, estera, trono, alero, mecerla.